<<Fuimos allí donde deseamos y donde el deseo fracasó todavía estuvimos sosteniendo la mirada>> Sara Torres.
¿Cómo se realiza una revisión ginecológica a una mujer con vaginismo?
En mi experiencia armarse de paciencia y amabilidad no sirve, aunque ambas cualidades son indispensables.
La introducción del especulo y su abertura en la vagina de una mujer que sufre de esta afección puede transformase en un verdadero drama para ella sobre todo, y también para el profesional de la salud a quien ha acudido.
Lo considero uno de los retos más grandes de mi profesión en el contexto de la consulta.
Sí, porque no obstante la paciente quiera ser explorada, desee saber cómo están por dentro sus órganos genitales, viva este momento como una superación personal, hay algo en ella que no puede controlar, dotado de una autonomía propia y que domina su cuerpo.
He estudiado el sujeto, lo he intentado comprender desde distintas perspectivas y me he dado cuenta que, como cualquier realidad profundamente humana, el vaginismo es un mosaico maravillosamente femenino. Si os apetece un día lo hablamos.
La fisioterapia, la sexología y la psicología conductual, el psicoanálisis y la psicología profunda de Jung, el arte en sus distintas expresiones han intentado penetrar el misterio de esta negativa corporal a ser penetradas por un dedo, una especulo, un dildo o un pene (según sus grados y características).
Que yo sepa, no existe un protocolo médico donde se explique cómo habría que examinar a una mujer con vaginismo.
En mi práctica médica he aprendido a acompañar, no sin errores, estas mujeres en su viaje hacia la superación. Para ellas un centímetro más corresponde al paso de un gigante. ¡Y lo es!
El vaginismo puede ser una afección emocionalmente desafiante y físicamente dolorosa. Es esencial comprender que cada persona que lo experimenta tiene una historia única y sus propias necesidades. De allí que lo primero es abrir nuestra inteligencia y sensibilidad de profesionales a estas diferencias y tratar a cada paciente con el respecto y el tiempo que necesite para sentirse en confianza y poderse entregar, al menos un poco, a la experiencia de ser penetrada.
Escuchar a la paciente, validar sus experiencias y brindar el apoyo necesario son pasos esenciales para ayudarla a superar este desafío. Pero hace falta mucha experiencia para saber de qué ayuda necesita.
En mi practica la facultad happerceptiva de integrar el cuerpo entero de la paciente, a partir del tacto vaginal, es una aportación enorme. Junto con una presencia envolvente y sostenedora, el hecho de percibirla en su completitud y hacer que ella también se perciba como tal (no como una vagina para franquear) cambia profundamente su sentimiento interior. Y los músculos responden.
Quiero alentar a todas las personas que enfrentan el vaginismo a buscar ayuda y apoyo. No estáis solas en este camino, y hay profesionales dispuestos a acompañaros. Si tienes alguna pregunta o deseas compartir tu experiencia, no dudes en escribirme.