La haptonomia es una ciencia fenomenológica que investiga el mundo de la afectividad humana, de los sentimientos y de las interacciones tactiles.
¿Que es la afectividad? ¿Como se relaciona con la esfera mental y emocional? ¿Como afecta nuestro cuerpo el hecho de sentirnos en seguridad afectiva o de sentirnos, al contrario, vulnerables? Son algunas de las pregunyas a las cuales la Haptonomia intenta contestar cuyas respuestas constituyen su cuerpo teorico y sus numerosas aplicaciones, desde la concepción hasta la muerte.
Se trata de un acercamiento global y afectivo a la persona, más que de una terapia corporal, aunque implique un contacto táctil.
La haptonomia pre y post natal se dedica a acompañar el inicio de la vida, otorgando gran importancia a las experiencias vividas en el útero materno donde el niño constituye sus primeras memorias y tomando en gran consideración el ambiente psico-afectivo en donde estas experiencias son vividas.
El acompañamiento haptonomico pre y post natal comienza tradicionalmente a partir de las 24 semanas de gestación. Esta fecha no es casual. Pues, a nivel neurológico la semana 24 marca un salto madurativo importante en el sistema nervioso fetal. Coincide con el momento en el cual la corteza cerebral empieza a establecer comunicaciones con la parte más inferior del cerebro inaugurando los primeros circuitos que servirán para conectar los pensamientos del bebé con su cuerpo y las sensaciones que de él originan.
Las 24 semanas marcan la lenta abertura del feto al mundo exterior. El bebé está plaulatinamente más disponible a las interacciones con la madre, con el padre, con los hermanos. El pequeño está al acecho de todo lo que le de una señal, buscando sentido a lo que sucede a su alrededor (una mano que entra contacto con él, un sonido nuevo, una voz con un tono distinto, las emociones fuertes, alegrías, risas, placeres y tristezas vividas por la madre).
Es en la comprensión de esta enorme receptividad y sensibilidad sutil del bebé intrauterino, que la haptonomia encuentra su sentido y misión. La madre descubre que puede invitar afectivamente el niño desde su interior y que cuando se dirige a él, su hijo le responde moviendo la columna, balanceandose. El padre aprende a dar comodidad y seguridad a su compañera y a invitar el bebé desde el contacto exterior.
Sin embargo, cuando es posible, resulta muy interesante ofrecer un acompañamiento haptonomico ya a partir del primer trimestre de embarazo. En estas sesiones, aun antes de poder percibir la reacción de su hijo, la madre llega a vivir su base como un espacio corporal de paz, de seguridad afectiva, de ternura. Todo esto gracias a unos gestos especificos y llenos de afecto que el padre aprende a los largo de las sesiones.
Sentir que su pelvis es un lugar de acogida, un verdadero regazo lleno de vida, abierto a acoger más vida, suscita en a la madre un gran sentimiento de seguridad. Ella siente que puede dar algo bueno a su hijo, junto con su partner. Desde su interior siente que “esto es lo que quiere y desea” para su vida y para su pareja. Este descubrimiento materno cambia el mundo del bebé, cambia su morada y por lo tanto su huella epigenetica, afectando las memorias profundas.
En caso de que existan dificultades en concebir o si la pareja prevé recurrir a técnicas de reproducción asistida resultan beneficiosas unas sesiones preconcepcionales. Así mismo, si existe un pasado traumático a nivel de su pelvis (partos violentos, cesáreas no elaboradas, accidentes, intervenciones quirúrgicas abdominales o pélvicas recientes o antiguas, abortos, abusos sexuales) se recomienda empezar el acompañamiento haptonomico antes de la concepción. Vivir lo bueno dentro de la base, será una experiencia transformadora y confirmante para enfrentar con mayor seguridad la etapa del embarazo y el parto.
Durante el parto el padre invita el bebé hacia la salida y aprende a dar confort a su compañera. Ella acompaña y guia su criatura, que participa activamente a su propio nacimiento. Todo lo aprendido en el acompañamiento pre-natal se pone servicio del gran dia del nacimiento.
El acompañamiento haptonomico sigue hasta que el niño camina, momento que en haptonomia se llama “la revolución bípeda”, ya que pasar del suelo a la verticalidad es una verdadera revolución. El niño entra así en el mundo de los que caminan sobre dos patas, con todo el inmenso conjunto de ventajas y responsabilidades que esto implica.
El acompañamineto haptnomico pre y post natal consiste en encuentros intimos, de ambos padres, en mi consulta. Dependiendo del momento de la gestación en que se inicia, hay que contar con 7-8 sesiones prenatales y 4-5 postnatales.
Si está interesada o interesado a un primer encuentro conmigo para conocer de cerca la haptonomia, escibeme a info@ariannabonato.com.